Entre sábanas negras
mi alma vierte pasión
para aquietar mis venas.
Se derraman mis labios en tu valle,
fuente donde calmo la sed de ti,
hurgas mi monte, yo hurgo en tu talle.
Nace una enredadera de suspiros,
corazón ardiente irradia tu luna,
sé por la mañana, que aún vivimos.
domingo, 28 de febrero de 2010
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